150 años después de que los cantonales cartageneros quisiesen asaltar Cuevas
02.10.2023
•Una lápida rescatada y el homenaje a la familia que la custodió
•El pasado viernes se celebró esta efeméride en el Ayuntamiento de Cuevas del Almanzora
El pasado viernes, 29 de septiembre, se celebró en el salón de actos de la vivienda burguesa de Torcuato Soler Bolea, una de las sedes del Ayuntamiento de Cuevas del Almanzora, el acto de conmemoración de unos hechos históricos de los que el 3 de octubre se cumplirá un siglo y medio. Hasta el presente ha llegado una lápida de mármol que testimonia y simboliza los hechos que tuvieron lugar.
Con la organización de este acto, el Área de Turismo, Cultura y Patrimonio ha pretendido otorgar realce a la generosidad de la familia Soler Navarro que, en 2019, decidieron donar al municipio esta lápida de mármol que habían custodiado durante décadas, y qué mejor ocasión que esta efeméride histórica para materializar el agradecimiento y dar a conocer la ubicación definitiva de este objeto en un lugar de las dependencias municipales.
El acto, al que acudieron numerosos miembros de la familia y otros asistentes interesados, se inició con la intervención de Juana Haro Navarro, concejala de Turismo, Cultura y Patrimonio, quien fue la encargada de resaltar la importancia de este tipo de iniciativas para el conocimiento de nuestro pasado, de sus hechos más relevantes y de las huellas que esos mismos acontecimientos afortunadamente nos han legado; asimismo, agradeció a la familia la sensibilidad de la que hicieron gala en su momento para salvar esta lápida de su destrucción, su labor de custodia durante tanto tiempo y su predisposición final de cederla al patrimonio de todos.
A continuación, Enrique Fernández Bolea, cronista oficial, desgranó mediante una presentación ilustrada el contexto histórico nacional en el que se produjeron los hechos en tiempos de la primera República (1873-1874); la sublevación de numerosas ciudades que proclamaron sus propios cantones, siendo el más duradero el de Cartagena, desde donde partió la expedición por mar, comandada por el diputado federalista Antonio Gálvez, hasta el levante almeriense, donde coaccionó a sus habitantes y autoridades. Cuanto llegó a Cuevas, concretamente al paraje de Los Silos, organizó un campamento desde donde amenazó a los cuevanos con asaltarlos si no se plegaban a sus pretensiones. Una historia que culminó al poco, cuando en el mismo lugar se construyó un barrio obrero, y su promotor, el empresario minero Miguel Soler, quiso eternizar la memoria de aquellos hechos colocando una lápida que rezaba: “Campamento de Gálbez 3 de octubre de 1873”.
En el turno de Francisco Viudez Asensio, profesor e historiador, se desveló el proceso de localización y recuperación de la lápida, del que él fue también protagonista. Explicó cómo Antonio Soler Pérez la libró de su destrucción cuando, por el trazado de la carretera Cuevas-Vera, la esquina donde estaba colocada fue derruida. Fue el mismo Antonio quien le reveló que la guardaba con celo y que quería donarla. Al fallecimiento de Antonio, su viuda Francisca Navarro Caparrós y su hijo Andrés Soler Navarro la continuaron guardando en el garaje de su casa. Hasta que en 2019 la publicación de un artículo de Fernández Bolea sobre estos hechos protagonizados por los cantonales la daba por perdida; leído por Viudez, rápidamente avisó al cronista de su creencia infundada. Ambos decidieron visitar a la familia Soler Navarro que, desde el primer momento, se mostraron dispuestos a cederla al patrimonio de todos.
Tras estas intervenciones, representantes institucionales, miembros de la familia y público asistente se trasladaron al distribuidor de la primera planta de Torcuato Soler Bolea donde se procedió al descubrimiento de la lápida, dispuesta en una vitrina para su permanente exposición, y también a destapar el pergamino, elaborado ad hoc por un amanuense, en el que se relatan los hechos fundamento de la lápida recuperada.
La concejala hizo entrega del emblema cultural del municipio a Francisca Navarro Caparrós, última custodia de la lápida. Fue entonces cuando Andrés Soler Navarro, hijo de la anterior, hizo uso de la palabra para incidir sobre la importancia de preservar el pasado y aprender de él como medio para construir el futuro, agradeciendo al Ayuntamiento y a todas las personas involucradas en este acto de recuperación patrimonial el interés mostrado.