Búnkers de Villaricos
La defensa de la costa almeriense, en concreto la zona de Villaricos, es desde hace siglos preocupación de los distintos pobladores del lugar. Los fenicios instalaron sus construcciones más importantes en las zonas altas para divisar mejor las posibles intromisiones por la costa, romanos árabes construyeron torres y atalayas, en el S.XVIII Carlos III mandó construir torres fortificadas para tal menester como es la llamada Torre de Cristal (el castillo) de Villaricos.
Es en el marco de la Guerra Civil española cuando se vuelve a dar importancia a la defensa de las costas. El gobierno republicano diseña un plan de fortificaciones ( 1937-1938) por el temor del acercamiento de las tropas franquistas a Almería una vez tomadas Málaga y Motril. Una vez acabada la guerra el gobierno franquista conservó y edificó nuevos búnkers por cierto temor a una invasión de las fuerzas aliadas vencedoras en la Segunda Guerra Mundial.
Así en Villaricos hay construidos dos búnkers también llamados casamatas, uno ubicado en la margen izquierda del río Almanzora, cerca del castillo, vigilando el Golfo de Vera y el otro en el Boliche junto a la cala de La Dolores divisando la costa hasta Cabo Cope.
Son fortificaciones sólidas para resistir bombardeos y albergar piezas de artillería como ametralladoras. Sus muros tienen un grosor de 60 cm., construidos con hormigón armado, con la cubierta de hormigón y piedras de playa que los integra en el paisaje camuflándolos. La planta es casi cuadrangular y en su parte frontal soluciona los ángulos de los extremos recortándolos en chaflanes. El interior está dividido en dos espacios correspondiente a dos aspilleras, consta también con una tronera para la disposición de una ametralladora. Su frente y lados miden 4,60 m. y 4,90 m. en su parte trasera.
No tenemos constancia de que fueran utilizados para repeler ningún ataque.